Crítica: The Congress
*** (BUENA)
El film del israelí Ari Folman se exhibió de manera gratuita en el anfiteatro del parque Centenario como
proyección apertura del 16° Festival Internacional de Cine Independiente de
Buenos Aires (BAFICI)
Israel,
Alemania, Polonia, Luxemburgo, Francia, Bélgica, 2013. 117 minutos.
Director: Ari Folman. Guión: Ari Folman.
Productora: Bridgit Folman Film Gang / Pandora Film / Opus Film / ARP Selection
/ Entre Chienet Loup / Paul Thiltges Distribution. Fotografía: Michael Englert.
Música: Max Richter. Montaje: Nili Feller. Intérpretes: Robin Wright, Harvey
Keitel, Danny Huston, Michel Stahl-David,
John Hamm, Paul Giamatti, Kodi Smit-McPhee y Sami Gayle.
Ari Folman
vuelve a experimentar con la animación en “The Congress”, largometraje basado libremente en la novela de
Stanislaw Lem "El Congreso de futurología”. Aquí combina bloques de
ficción y otros de animación para dar su visión sobre el cine, el ideal de
eterna juventud y el papel que juegan las drogas en la sociedad modernas.
El director de “Vals con Bashir” (2008)
había aplicado en su film anterior, técnicas documentales sobre una animación
rotoscopiada para indagar en la memoria, sus propias experiencias
traumáticas en la guerra del Líbano. En
esta oportunidad, quien le pone cuerpo al relato es la actriz Robin Wright, personificándose
a sí misma, lo que le da un toque de realismo, lo que pareciera ser una marca
autoral de Folman.
Ella es una ex
estrella de Hollywood que se encuentra en el ocaso de su carrera. En los
últimos años solo ha tomado malas decisiones que la llevaron a no tener ningún
éxito de taquilla. El director del
estudio que la llevó a la fama, le ofrece una última oportunidad para
permanecer en la industria: Escanearla para convertirla en una actriz digital y
así usar su imagen modificada y verse eternamente joven en sus próximas
producciones. Asediada por problemas familiares, termina
aceptando ya que esto le dará dinero y tiempo para pasarlo junto a sus hijos,
uno de ellos con graves problemas de salud.
20 años después, luego de innumerables
éxitos en el cine de ciencia ficción, es invitada a un congreso que se realiza
en la Zona animada, donde sólo podrá acceder convirtiéndose en un dibujo
animado. En ese fantástico mundo
animado, onírico, psicodélico, mezcla de
“The yellow submarine”, con “The wall” y cierto estilo de los dibujos animados
de los años treinta, se presenta una droga química que permitirá a quien la
consuma creer que es quien desea, una forma de escape del mundo gris en que ha
devenido la tierra. Aquí empieza
un nuevo viaje para la actriz, en el que tendrá que escapar de esa zona animada,
denunciar los peligros de la droga y buscar a su hijo perdido.
Si en una primera instancia el film reflexiona
y critica a la industria del cine de Hollywood y el ideal de eterna juventud,
ahora también se reflexiona, sin pretender ser moralizante, sobre las vías de
escape que tiene la sociedad contemporánea con el uso de las drogas. Drogas que
venden felicidad, que permiten vivir placenteramente una realidad ilusoria a
cambio de un alto precio, la pérdida de la propia identidad.
Trailer "The Congress"
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