Crítica: EL SÉPTIMO ENANITO
Título original: Der 7bte Zwerg
** (REGULAR)
Título original: Der 7bte Zwerg
** (REGULAR)
Alemania,
2014. 87 minutos.
Dirección: Boris
Aljinovic y Harald Siepermann. Guión: Harald Siepermann, Douglas Welbat,
Daniel Welbat, Bernd Eilert, Otto Waalkes y Sven Unterwaldt Jr. Elenco (voces
en la versión original): Joshua Graham, Matt Gilbert, Al Parrish, Geoff May,
Joe Marth, Boris Aljinovic, Katja Bruegger, Christa Clahane. Producción:
Jan Bonath, Martin Gritschke y Douglas Welbat. Dirección de arte: Christian
Hotze, Carrie Schilz y Jan Philipp Schwarz. Fotografía: Jo Heim. Edición: Holger
Trautmann y Sascha Wolf Täger. Música: Stephen Gade y Daniel Welbat.
Distribuidora: Alfa
Films.
Fecha de
estreno en Argentina: 14 de mayo de 2015
Calificación:
ATP (Apta para todo público)
“El séptimo enanito” (Der 7bte Zwerg) es una producción alemana de
animación 3D estereoscópica dirigida por los directores Boris Aljinovic y
Harald Siepermann. Esta relectura de los cuentos de hadas toma a “La bella
durmiente” y “Blanca Nieves y los siete enanitos” como pilares para construir
una nueva historia. En ella, Rose, la princesa hechizada por la malvada bruja
Dellamorte, está a punto de celebrar su cumpleaños número 18, lo que la liberaría
de la maldición que la condenaba a un sueño eterno junto a todo el reino si se
pinchaba el dedo antes de cumplir su mayoría de edad. Pero un pequeño accidente
provocado por Bobo, el más pequeño de los siete enanitos pondrá a dormir a todo
el reino de Fantabularasa. Bobo y sus pequeños compañeros se salvan del
hechizo pero ahora deben llegar hasta el Castillo de Dellamorta para rescatar a
Jack, el verdadero amor de Rose. Él es el único que puede romper la maldición
despertando a la princesa con un beso de amor verdadero.
Este mundo creado por un equipo de seis guionistas, entre ellos, Harald
Siepermann, Douglas Welbat, Daniel Welbat, Bernd Eilert, Otto Waalkes y Sven
Unterwaldt Jr se asemeja al de “Shrek” (2001), madre de todas las relecturas de
los cuentos de hadas, o al de la muy buena, aunque menos conocida, “La verdadera historia de Caperucita Roja” (Hoodwinked!)
de 2004. El problema de “El séptimo enanito” es que no plantea nada nuevo, sino
que repite una fórmula de lo que alguna vez fue una nueva vuelta de tuerca a
los cuentos de clásicos.
La animación tiene su punto fuerte en las locaciones, con una
tendencia realista de gran calidad y profundidad de campo que aprovecha el
efecto de la estereoscopía.
Los enanitos, y en especial Bobo, son los personajes que generan
mayor empatía con el espectador. Y no es solamente por sus continuos gags, sino
también por su diseño caricaturesco. Muy por el contrario la princesa y su
enamorado presentan un diseño antropomórfico con una animación limitada, poco
expresiva, que pareciera haber salido de una película de bajo presupuesto
destinada al mercado hogareño. Por otro lado, el diseño de la bruja Dellamorte
se asemeja al de Isma, la malvada consejera de la película de Disney “Las
locuras del emperador” (The Emperor's New Groove) de 2000.
La película pese a no ser un musical, cuenta con varios números musicales,
todos de una gran simpleza. Vale destacar que en la versión original, la
cantante punk alemana Nina Hagen es la encargada de darle su voz pero como
todas las copias que se exhiban en Argentina son es castellano, solo se la
podrá escuchar en la canción que musicaliza los créditos finales.
Los cuentos de hadas parecen ser una fuente casi inagotable de
historias para la industria del cine. Algunos, como los estudios Disney, los
utilizaron para construir un imperio. Otros, como Dreamworks, los parodiaron y
crearon una nueva forma de contar viejas historias. “El séptimo enanito” pecó
no por tomar prestados elementos ya
vistos en otras películas, sino por no aportar nada nuevo a la vasta producción
animada para los niños.
Trailer "El séptimo enanito"
Dalinger, E. Ezequiel.
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